Blog que detalla la historia, herramientas, metodologías y técnicas para la mejora de la calidad. Así mismo tiene un enfoque práctico y dinámico que permite obtener una aprendizaje dinámico y practico sobre la mejora de la calidad.

Con la tecnología de Blogger.

1.1. PROCESOS


Un proceso es la transformación de un conjunto de inputs (materiales, mano de obra, capital, energía, información y tecnología) en productos o ser-vicios; por tanto, el proceso es una acción inherente a cualquier actividad em-presarial.

Además, durante el proceso de fabricación o de prestación del servicio existen un conjunto de factores que influyen en la variabilidad de estos pro-cesos, como son las denominadas «5M»: máquinas, mano de obra, métodos,

medio y materiales, y a las que habría que añadir una sexta M, la gestión —ma-nagement—. Esto enlaza con los dos tipos de ambientes en los que se desarrollan
los procesos, el genérico —el entorno de la empresa: factores legales, sociales,


económicos o tecnológicos— y el específico —los distintos departamentos de la empresa— (Cuervo et al., 1994). Mientras que el primero es fuente de in-formación de ciertas técnicas de mejora, el último se manifiesta en algunas de las técnicas como, el Despliegue de la Función Calidad o QFD (véase capítu-lo 6), el Mantenimiento Productivo Total o la Ingeniería Concurrente (véase ca-pítulo 7), o la Reingeniería (véase capítulo 8) pues requieren de equipos mul-tidisciplinares integrados por miembros de diversos departamentos, ya estén focalizadas hacia la mejora del diseño de productos o servicios, de los pro-pios procesos o de la gestión. El proceso y su entorno queda reflejado en la fi-gura 1.1.




FIGURA 1.1. Procesos.

La importancia de los procesos queda reflejada en las distintas posiciones sobre la mejora de la calidad, en los que se enfatiza la gestión de los procesos, como base imprescindible de la calidad; esto precisamente ha sido una de las claves del éxito japonés. Además es preciso considerar que existen técnicas que permiten mejorar tanto el diseño de los procesos como el funcionamien-to de los mismos, y para ello se han de tener en cuenta las características de los inputs y de los productos o servicios —aspecto, costes, expectativas de los clientes— así como las interrelaciones con las áreas de ingeniería, marketing, compras o calidad. Tanto Ishikawa como Deming o Crosby coinciden en que cuando se produce algún error entre el 65 y el 80% de la responsabilidad es ne-cesario atribuirla a la Dirección, por lo que también requiere de técnicas que ayuden a la mejora de la gestión.

Por otra parte, todas las perspectivas de la mejora tienen presente el aspecto preventivo, lo que además se justifica desde el punto de vista de los costes, pues según datos citados por Hartley (1994, págs. 114-116) aunque el coste me-dio de la calidad se aproxima al 5% de las ventas, la mayoría de ellos corres-ponden a los fallos; si puede reducirse el número de fallos, los costes pueden disminuirse sustancialmente y esta reducción cubriría la previsión de una me-jor calidad en la fase de diseño. Una encuesta llevada a cabo entre diversas em-presas determinó que las pérdidas de oportunidad igualan el nivel de los fa-llos, es decir, si los fallos equivalen al 1,25% de las ventas, entonces las oportunidades perdidas por este fallo representan como mínimo otro 1,25%. En la tabla 1.1 se muestran los costes de la calidad en porcentaje sobre las ventas netas para distintos sectores en Estados Unidos y en todos ellos con la salvedad de los equipos de transporte, el porcentaje mayor corresponde a los fallos internos, mientras que el porcentaje menor está presente en la preven-ción. Con ello se manifiesta la necesidad de adoptar técnicas preventivas que permitan reducir los costes globales asociados a la calidad.



TABLA 1.1. Costes de la calidad.



Según estudios realizados, y como muestra la figura 1.2, los fallos se sue-len detectar mucho después de producirse la causa responsable de los mis-mos, de hecho la mayoría de estos fallos provienen de errores ocasionados durante el diseño de los productos. Por este motivo se hace imprescindible la implantación de un sistema que facilite el descubrimiento de los actos inco-rrectos lo antes posible y averiguar la causa primaria de los mismos.

Para su puesta en práctica es preciso considerar tres aspectos:

— Proceder a la reparación del fallo en cuanto se observe alguna anoma-lía dentro de la empresa.

— Disponer de sistemas de detección que permitan valorar los desper-fectos en cuanto ocurran.

— Evitar que ocurran sucesos no deseados mediante su prevención.


FIGURA 1.2. Relación causas-fallos en el ciclo productivo.

En consecuencia son necesarias técnicas que subsanen errores, detecten problemas y prevengan las disconformidades en:

— el diseño: para conocer las causas potenciales de los fallos y evitar, de esta manera, que se produzcan, lo que en principio provoca una re-ducción del coste total de la calidad;

— el proceso: para que permanezcan las condiciones operativas previa-mente especificadas;


— la gestión: para facilitar la planificación, la organización y el control de las actividades, lo que redunda en una mayor coordinación entre los distintos departamentos y en un funcionamiento más eficiente de la empresa.